MOURINHO DA CULTURA

Thursday, November 01, 2007

EL PERRO EXISTENCIALISTA




Jerry dormia para comer, dormir y cagar
Era una vida cómoda, pero tenia insomnio por su angustia vital
Sentia que tudo era estúpido, y la estupidez de quienes le rodeaban
Le recordava a la suya propia

Asi que se puso a leer. Leyó a Aristóteles, y a Kant…
Luego a Nietzsche y a Kierkegaard.
Pero tras leer a Socrates sentia que cuanto más leia, menos sabia.

Entonces se dio a la bebida y a las malas perras,
Deambulou por todos los antros, arrastrándose a duras penas.

Un mal dia cnoció a una dama que le fascinó,
Buscó en ella el sentido de su vida…pero ella se agobió.
Jerry lloró y aulló, por las mismas calles de sus fiestas deambuló…

…Hasta que un perro evangelista le encontró.
El le enseñaria el camiño de la iluminación…
A cambio de su rata de goma y un par de huesos.
Le explicó que si le seguia, tras la muerte visitaria un lugar
Donde no hay nada que hacer más que lamerse la entrepierna. Jerry le contestó: “Nada que hacer? Un lugar sin sentido ni ocupacion?…Alli no voy yo!”

Poco después, Jerry encontró la solucion.
Hasta el fin de sus dias, se centró en una ocupación.
Un estupendo trabajo en una sucursal de correos…
Lamiendo sellos, para cartas de promoción.

In ‘El perro existencialista y otros cuentos de perros’, de Zoe Berriatúa

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